Monday, December 04, 2006

Génesis y estructura del relato en la historia de la literatura occidental.

La muerte nos ha constituidos en mortales,
Pero el arte nos ha constituido en hombres.
Sicarios Canto XXXIII

Si pudiésemos entrar a la máquina del tiempo, desearíamos observar el hito fundacional de la literatura. Nuestra imaginación vertida en nuestra memoria, evoca una serie de imágenes, escenas, relatos que son fundacionales respecto a la historia de la historia. En alguna coordenada no ordenada del tiempo, se halla Adán cayendo bajo el consejo de la curiosa Eva. Lo que necesitamos es una historia del pecado original de la literatura, el evento perdido que nos posibilite entender la tragedia de la escritura y su condición de gracia y pecado.
La fundación de occidente posee un relato similar, a nuestro entender occidente nace en la muerte de Sócrates. La antropologizaciòn del mundo conlleva la politización de los procesos naturales, la moralización del azar, ya no como azar sino como destino u oriente. Es de esta forma, que nace en la muerte, una lógica que ha institucionalizado a la vida misma como una pizarra en donde se escribe y se inscribe la posibilidad de una otra vida. Esta critica ya fue planteada por Nietszche, en el nacimiento de la tragedia.
El origen y la estructura psicológica de Roma se remontan al amamantamiento y protección de una loba con respecto a dos crías humanas. Las crías han sobrevivido por la leche y el calor de la loba pero han heredado a través, hipotéticamente, de sus fluidos el instinto que posibilitará llevar a Roma como una manada.
Sin ya la necesidad de caracterizar otros relatos, nos es necesario elevar nuestra mirada al relato mítico del origen de la literatura. Me parece apasionante que la escritura siendo el mecanismo mediante el cual todos los mitos se eternizan, no posea asimismo, un mito de origen. La inteligencia, el fuego y la sagacidad poseen mito de origen, recuerden el relato de prometeo, mas la escritura adolece de una fantasía capaz de explicarnos su mal, su pecado y su redención, en otras palabras no existe una historia o relato que justifique y de sentido final y metodológico a la escritura.

Lo cierto es que las palabras aquí vertidas no representan necesariamente el pensamiento de mi imaginación, posiblemente mi pensar ha hecho una mala elección, en tanto el origen de la literatura no esta en la escritura. Esta última proposición es altamente problemática, en virtud de que posiblemente se confunda literatura con imaginación. La imaginación ciertamente debe ocupar cronológicamente un estadio anterior al lenguaje, esto a nivel psicológico, pero no me atrevería a aseverar lo mismo a nivel filo histórico. Tal como Bachelard lo ha planteado, el lenguaje ejerce respecto a la imaginación un doble proceso, por un aparte organiza y estabiliza las enormes creaciones y deformaciones del imaginario, por otro genera externalizaciones y espacios comunes externos en donde pueden dialogar diferentes imaginaciones y como tal diferentes sujetos. Es la externalización de la imaginación mediante el lenguaje lo que genera nuestras supuestas convenciones

Lo que debiésemos preguntar a fin de rastrear la escena perdida del parto de la literatura es: ¿qué elementos fueron desfigurados por la imaginación a modo de dar luz a un a instancia cercana, similar pero no igual a la literatura?.

Para responder me permitiré jugar, en otros estados esto se constituiría en una ficción. Me parece que el juego como actividad esta armado fundamentalmente por tres elementos. La repetición, la norma-ruptura, y la ficción.
Cada juego es reconocido porque permite reconocer en él, cierto número de elementos que son repetitivos y que permiten su determinación en virtud de la inexistencia de una función instrumental. No se juega para lograr algo, se juega simplemente por el juego. Esta última aseveración será mejor comprendida en mis anotaciones finales. El segundo punto pertenece a los roles del juego, el jugador debe asumir ciertas normas y deberes, como a su vez debe aceptar la posibilidad de que esas normas se violenten. Existe un control respecto al acatamiento del juego por parte de los otros integrantes, pero es juego en tanto es violentable su legitimidad.
El tercero y último de estos elementos es el que merece mayor atención y cuidado. El juego es una ficción, es una construcción no significativa de la realidad. El juego no plagia al mundo, sino que lo reconstruye a partir de una lógica que no está presente en ningún otro nivel de significación.
La arbitrariedad del juego con respecto al mundo es sustentable en tanto el lenguaje mismo es arbitrario. Esta sentencia resulta casi axiomática y para los desconstruccionistas es casi un postulado de Fe. Pero acaso ¿fue el juego lo que dio inicio al gran relato de la literatura?

Para nosotros el juego será entendido como ficción, vale decir, como la posibilidad de hablar poseyendo como eje el hablar de la imaginación.

Si recuerdo bien algunas extraviadas lecturas respecto a la evolución antropológica, debo informar que en una oscura caverna en las proximidades a Pekín, se hallaron osamentas humanas con una data cercana a los 70.000 años. Lo curioso y la dantesco de este hallazgo no estriba en las eras que esta sepultura ígnea alejo los mortales restos de este hombre de la luz del tiempo, sino que el pavoroso entorno que poseen dichos huesos. Cerca del rostro se hallaron semillas y fibras de pétalos. Debió parecer escalofriante encontrar una tumba, que fue pensada como tumba, imaginada como tumba.
Lo que posibilita el paso del primate al humano es esta capacidad de imaginar. El hombre anterior al australopitecus abandona a sus muertos. Podemos entender que no existe una ficción respecto a otro plano. El primer indicio que poseemos de imaginación es una sepultura, es un rito funerario que habilita al hombre para un plano nuevo. Y los contenidos de este plano no han sido plagiados, sino que por el contrario, han sido imaginados.
Qué motivó la preparación funeraria, el temor, la curiosidad, el miedo. Creo que fue una extraña mezcla, y los sentimientos no se dan en forma pura, de temor, y curiosidad. Esta última es una característica del juego, de lo lúdico, el primero en cambio es simulado y externalizado en el juego.
Lo cierto es que la imaginación debió surgir gatillada en un primer momento por el temor. Mi propuesta es que la imaginación esta mas vinculada con el temor que con cualquier otra clase de ficción.
Los compañeros del hombre de Pekín, no sólo imaginaron una vida post Morten, sino que además, registraron y mantuvieron tradiciones y ritos que atestiguaron la externalización de su imaginación frente a la muerte. Ahora no sólo tenemos el acta de origen del hombre sino que además poseemos el acto inaugural de la imaginación y de la oralidad.

¿Cómo surgió la escritura?. Es posible que la imaginación haya generado no solo un mundo superior, sino que además obligaciones para con aquel mundo. La severidad de las tradiciones depende de su Estabilidad. Escribir es arrancar de la alteridad a lo que se quiere estable e imperecedero.
Por simple inducción llegaremos a concluir que se ha escrito primero la ley y luego la interpretación de la ley, que no deja de ser sino otra cosa que leyes sobre las leyes. Los primeros escritos pertenecen a esta deducción, el código de Hamurabi o el libro de los muertos de la cultura del nilo, son restricciones respecto a un nivel imaginario, para con el cual el hombre tiene deberes y obligaciones.
Si bien, hemos construido ciertos parámetros para la generación de una escena fundacional de la escritura, aún no hemos llegado a la construcción del cuadro originador de la literatura. Pero cuando hablamos de literatura qué es lo qué entendemos?. Si lo que constituye a la literatura como tal es su funcionalidad estética entonces ya no debemos rastrear sus orígenes en las cavernas, sino que en las sociedades que pusieron su imaginación al servicio de su pura imaginación. Qué clase de sociedades fueron estas. Posiblemente las sociedades que se edificaron poniendo al centro su afectividad, su erotismo, su sensualidad o su ficción.
¿Qué civilizaciones diseñaron espacios para el juego? Me parece que la ficción necesita fundamentalmente un espacio político, estratégico, de ficciones y tensiones que legitimen la imaginación. Bajo este ángulo concuerdo con la tesis de Derrida, la literatura y la democracia se pertenecen.
Rorty en un bello análisis respecto de la obra de Orwell ha consignado el papel que juega la imaginación en la libertad humana. Puedo imaginar todo, la muerte, la violación, el asesinato, e imaginarlo no me hace asesino, ni violador, pero si me hace libre.
La historia de la literatura parece arrojar indicios de la complicidad entre literatura y participación ciudadana. Si existe participación existe entonces un espacio para decir, para decir hay que imaginar.
Un lector agudo detectará un elemento a dilucidar, ese es la presencia de una literatura en pro de la mera ficción en el estante la historia pre occidental. Recordemos la poesía del Nilo en virtud de su erotismo negro. ¿Dónde esta? No se escribió. Esta es la verdad, no hay, no se repite, no se recita. Existe, claro esta una literatura religiosa capaz de entrar y salir de no pocas problemáticas humanas, pero al fin y al cabo, es literatura no por la ficción sino que por los frutos políticos y morales que posee esta ficción.
Todo parece indicar que sólo podemos hablar de literatura en tanto existen comunidades en proceso de debate político. Con esto la tesis Derrideana cobra mayor fuerza. La aparición de la democracia y la aparición de la literatura están en sincronía. No existe, entonces literatura fuera de occidente y por ende tampoco podremos imaginar el acto inaugural de la literatura.



Esta imposibilidad de imaginar el primer acto literario no es una sentencia inapelable. Hemos señores del jurado, lectores, incurrido en una anomalía, hemos sin escribirlo, como imperativo, establecido que la literatura es escritura. Las igualdades, tal como lo ha expresado Borges no connotan identidad. ¿Existe entonces una literatura sin escritura?. Existe es cierto, una escritura que no es literatura, debía entonces, existir una literatura sin escritura. ¿Qué literatura es esta?. La literatura oral, el dialogo fantástico alrededor de la fogata, el refrán, la jerga extendida como argumento e interpretación.

El formalismo ha quedado preso de la escritura en tanto analizó las estructuras del texto en virtud de la transformación diacrónica y sincrónica del lengua. Toda evidencia del devenir histórico queda y se registra exclusivamente en la escritura y en los cementerios. El texto al igual que un cadáver es devorado por el tiempo, hasta que las modificaciones contextuales e históricas hacen imposible el reconocimiento del texto. Pero la tesis formalista fue aún mas osada, su atrevimiento consistió en constituir una literatura en virtud no de la percepción estética sino que de ciertas esencias capaces de dar ser al arte y a la literatura.

El texto entonces se abre como un análisis binario respecto a estructuras que deben ser conciliadas en virtud del reconocimiento de una legalidad o de una forma interna. Debemos dejar en claro, que no todos los textos ni todas las obras gozan de cierta pulcritud conceptual o mejor dicho, coherencia conceptual como para hacer unívoca sus apreciaciones. Lo importante dirá Lottman es saber qué cosa dice y si lo dice bien.


La escritura entonces no posee acto inaugural porque es una sustancia segundaria, lo que debemos estudiar es aquello que cronológicamente esta antes de la escritura. Esto no es otra cosa que el relato. Ricouer ha establecido que la narración genera la condición temporal. El tiempo es el resultado de un relato, relatar es contar en el tiempo, con el tiempo y para el tiempo. No se debe confundir el tiempo como linealidad, sino que como acontecimiento, sucesión espacial, acto ahí y en sí.

Pensar es contabilizar sucesos, pensar es temporalizar. Kant había ya advertido que existían dos categorías irreductibles en la lógica humana, el tiempo y el espacio, ambas engranajes de la estructura a priori de la comprensión. Pensar y comprender son actos de ordenación del mundo. Pero si la tesis de Kant, es valida, que papel juega el imaginar en el ordenamiento del mundo. La respuesta me parece pobre, obvia pero certera. La narración pertenece a la imaginación y no a lo la lógica lineal.
Es la posibilidad de narrar, de fantasear, de traspasar lo lineal lo que constituye la potestad del juego.
Es por este sentido que la no conciliación de los estructuras opuestas de un texto puede hacernos vislumbrar significaciones que escapen a la referencia del texto. Jugar es un acto creativo y como tal jugar es desconstruir.

Donde yace entonces el primer juego del mundo, es en la contemplación de la muerte. En la fantagoria narrativa de lo que ocurre, en la ficción por el primer cadáver que el hombre no deja abandonado. Los deberes rituales con respecto al cuerpo fueron producto de la ficción, del juego que intentó no duplicar sino que transformar los acontecimientos y que los situó en un tiempo.


El origen de la literatura debe ser rastreado a la par que el origen del hombre, y el origen de este último es una ficción, es una imaginería. El juego por significar una legalidad que sólo radica en su temor, en su ficción, en su ejercicio mas intimo. Allí, en el relato, en la imaginación ninguna ley es posible, ninguna escritura es pétrea, todo lo diluye el agua , todo lo carcome su acción cristalina.

La literatura es entonces un ejercicio de la imaginación que narra, que sitúa, que genera espectros imposibles de divisar en el mundo de fuera. No necesita de la escritura, solo le basta su temor a desaparecer, a ser abandonada como antes lo fue un cavernario.

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